jueves, 31 de enero de 2008

NADA ES IRRECUPERABLE

Haría falta que los políticos supieran algo más de arquitectura
EL CONSELLEIRO DE OBRAS PÚBLICAS e Urbanismo, Alberto Núñez Feijoo pidió a los arquitectos "colaboración para la lucha contra el feísmo urbanístico denunciándolo si es necesario". Los arquitectos le respondieron inmediatamente desde el Encuentro Internacional celebrado en Santiago de Compostela: "Nada es irrecuperable... Se debe proteger el paisaje y aplicar el bien común por encima del individual... La arquitectura debe comunicarse, debe hablar a la gente, porque construimos para ellos". También dicen, entre otras cosas, a través del prestigioso arquitecto Luis Fernández Galiano que, para poner orden en un mundo cambiante, haría falta que los políticos supieran algo más de arquitectura.

El poder ha enloquecido
Sr. Núñez Feijoo, la respuesta de los arquitectos está sobre la mesa. ¡Aplíquela! En Pontevedra es urgente. Impera la avaricia y el poder ha enloquecido.

Feísmo
Respecto al feísmo -con todo respeto-, puede Ud. investigar en los movimientos artísticos de los años cuarenta y obtendrá la respuesta. Esto que le preocupa, que viene ocurriendo en Galicia durante los últimos catorce años, especialmente en Pontevedra, no es feísmo, es desvergüenza política. Créame, nada tiene que ver con los arquitectos ni con el arte.

En cuanto a las denuncias, si así lo desea, puedo explicarle personalmente para que sirven la inmensa mayoría de las veces. Por supuesto, no me refiero a cómo se aplica todo el peso de la Ley cuando se trata de derribar una humilde cabaña, cobijo de una familia pobre e infractora, situada a noventa y cinco metros de distancia del deslinde marítimo-terrestre. Entonces no se desafecta el dominio público, ni se modifica la servidumbre de protección de costas, se aplasta la dignidad humana y se establece el agravio comparativo, reiterado e impune.

Ahí tiene la respuesta de los arquitectos y la mía. Ahora depende de Ud.

Francisco Díaz Sánchez (Pacodíaz)
Publicado en la Voz de Galicia (Pontevedra) el 4 de noviembre de 2003.

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